El estado de Yucatán, famoso por sus cenotes cristalinos, ha desarrollado una oferta turística única que combina naturaleza, aventura y misticismo: las rutas en kayak por cenotes. Esta actividad permite explorar desde otra perspectiva estas formaciones sagradas para la cultura maya, en recorridos tranquilos o más desafiantes según el lugar.
Una de las experiencias más destacadas se encuentra en Homún y Cuzamá, pueblos de la zona centro-sur de Yucatán. Aquí se pueden visitar cenotes como Santa Bárbara, Chelentún o Canunchen, donde se ofrece el servicio de renta de kayaks y guías locales. En algunos casos, los cenotes están conectados por rieles o caminos selváticos que permiten armar rutas de varios puntos.
En el oriente del estado, cerca de Valladolid, también hay cenotes semiabiertos como X’kekén y Samulá, donde es posible remar entre estalactitas y disfrutar de la iluminación natural que entra por pequeñas aberturas en las bóvedas.
Aunque no todos los cenotes son navegables, los que tienen suficiente tamaño y profundidad permiten al visitante recorrerlos en kayak con total seguridad. Es una manera silenciosa y respetuosa de explorar el ecosistema, observar peces, raíces sumergidas y la sorprendente flora acuática que habita en estos cuerpos de agua milenarios.
Además de ser una actividad recreativa, el recorrido en kayak por cenotes ofrece una conexión espiritual con la naturaleza. Muchos viajeros afirman sentir paz y asombro al flotar sobre aguas que fueron consideradas portales al inframundo maya.
Las rutas suelen incluir chaleco salvavidas, guía local, información sobre la historia del lugar y, en algunos casos, alimentos regionales. Algunas agencias también ofrecen recorridos nocturnos o en combinación con rappel y espeleología.
Sin duda, remar en las aguas azules o verdes de los cenotes yucatecos es una de las experiencias más memorables que el turismo de naturaleza puede ofrecer. Una forma diferente de descubrir el corazón de la península, guiado por la tranquilidad del agua y la magia de la selva maya.