El turismo de aventura en Yucatán ha cobrado fuerza en los últimos años, gracias a su combinación única de selvas tropicales, cenotes escondidos, fauna silvestre y vestigios de la cultura maya. Para quienes buscan emociones fuertes y conexión con la naturaleza, esta región ofrece una experiencia inigualable.
Las selvas del sur y oriente de Yucatán, especialmente en municipios como Tekax, Oxkutzcab y Peto, son ideales para actividades como senderismo, ciclismo de montaña, rappel, tirolesa y exploración de grutas. Muchos de estos recorridos son guiados por comunidades locales, lo que no solo garantiza seguridad, sino también una inmersión en las tradiciones mayas.
Uno de los destinos más recomendados es el cerro de Yaxnic, en Tekax, donde se pueden realizar caminatas entre la selva, cruzar puentes colgantes y descender por acantilados con equipo especializado. En el área también se encuentran grutas como Chocantes y Kaalmankal, que guardan espectaculares formaciones rocosas y leyendas antiguas.
Los cenotes, otra joya natural de la región, también forman parte del turismo de aventura. Algunos como Noh-Mozón o San Antonio Mulix permiten el buceo o nado en cavernas, rodeados por la vegetación selvática y en un ambiente totalmente natural.
Además, el avistamiento de fauna es una experiencia única en estas zonas. Con suerte, es posible encontrar aves endémicas, monos araña o incluso ocelotes en sus hábitats naturales.
Las cooperativas locales han desarrollado paquetes sustentables que incluyen transporte, equipo, alimentación tradicional y guías bilingües. Esto impulsa la economía comunitaria y fomenta la conservación del medio ambiente.
El turismo de aventura en Yucatán no solo ofrece adrenalina, sino también una oportunidad para redescubrir las raíces mayas y valorar la riqueza natural que rodea la península. Una experiencia perfecta para quienes buscan algo más que sol y playa.