Chocolomo: el caldo festivo que une tradición y sabor

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En Yucatán, la palabra “Chocolomo” despierta recuerdos de ferias, vaquerías y reuniones al aire libre, donde el calor del fuego se mezcla con la música y el bullicio de la fiesta. Este platillo, poco mencionado fuera de la región, es un caldo robusto y reconfortante que combina carne de res con vísceras, especias y verduras, resultando en un festín para los sentidos.

El nombre proviene de la unión de “choco”, que en maya yucateco se asocia con la acción de hervir, y “lomo”, que hace referencia al corte de carne. Sin embargo, la receta no se limita al lomo: incluye piezas como hígado, corazón y riñones, que aportan profundidad de sabor y una textura particular al caldo.

Su preparación inicia con un hervor prolongado de la carne y las vísceras en agua con sal y hierbas como orégano y epazote. Luego, se incorporan verduras como zanahoria, chayote, col y tomate, junto con especias molidas que le otorgan un aroma inconfundible. El resultado es un caldo de color intenso, nutritivo y lleno de matices.

Tradicionalmente, el Chocolomo se sirve muy caliente, acompañado de arroz blanco, cebolla picada, chile habanero y tortillas de maíz recién hechas. Es un platillo que se disfruta en grandes porciones y que rara vez falta en las celebraciones populares del interior del estado.

Más que un simple caldo, el Chocolomo es un símbolo de convivencia. Se cocina en grandes ollas que se colocan al centro de la reunión, de donde cada invitado se sirve generosas raciones. Es un plato que invita a compartir, a conversar y a prolongar la sobremesa.

Aunque no goza de la fama internacional de otros guisos yucatecos, el Chocolomo es una muestra de la cocina tradicional en su máxima expresión: sabores profundos, ingredientes locales y una fuerte carga cultural que lo convierte en mucho más que comida. En cada cucharada se encuentra la esencia de un Yucatán festivo y orgulloso de sus raíces.