Tzic de venado: el sabor fresco y ancestral de Yucatán

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En la vasta gastronomía yucateca, hay platillos que, aunque no figuren en las listas más populares, guardan siglos de tradición y un profundo vínculo con la historia de la región. El Tzic de venado es uno de ellos: un platillo frío, refrescante y lleno de matices que revela la herencia culinaria de los antiguos mayas.

La palabra “tzic” proviene del maya y hace referencia a la técnica de deshebrar finamente la carne después de cocida. Tradicionalmente, se utiliza carne de venado cola blanca, un animal que formaba parte de la dieta de los pueblos originarios, pero en la actualidad, debido a regulaciones y disponibilidad, en muchos hogares se sustituye por carne de res o cerdo.

El proceso comienza con la cocción lenta de la carne en agua con sal y hierbas aromáticas, hasta que esté lo suficientemente suave para desmenuzarla. Una vez lista, se marina con jugo de naranja agria, cebolla morada en finas tiras, chile habanero o xcatik y un toque de sal. El resultado es un plato jugoso, cítrico y ligeramente picante, ideal para combatir el calor yucateco.

En las comunidades rurales, el Tzic de venado se sirve en reuniones familiares, fiestas patronales y como botana para acompañar bebidas refrescantes. Se acostumbra comerlo con tortillas recién hechas, aunque también puede servirse sobre hojas de lechuga para un toque más ligero.

Más allá de su sabor, este platillo encierra un significado cultural: representa el aprovechamiento responsable de los recursos y la fusión entre técnicas prehispánicas y adaptaciones modernas. Cada bocado es un viaje a la cocina tradicional, donde la frescura y el respeto por los ingredientes son la base de todo.

En un estado donde los sabores intensos y los guisos caldosos son protagonistas, el Tzic de venado ofrece un respiro fresco, ligero y lleno de carácter. Es uno de esos tesoros gastronómicos que merecen ser más conocidos, no solo por su sabor, sino por la historia que cuenta.