La Reserva de la Biosfera Ría Celestún, ubicada en la costa occidental del estado de Yucatán, es uno de los sitios más importantes de México para la observación de aves migratorias. Este santuario natural, que abarca más de 81,000 hectáreas, incluye manglares, dunas costeras, petenes, lagunas y selva baja caducifolia, creando un hábitat ideal para más de 300 especies de aves.
Entre las especies más emblemáticas destacan los flamencos rosados (Phoenicopterus ruber), que forman grandes colonias a lo largo de la ría. Su color característico proviene de su dieta rica en carotenoides, provenientes de crustáceos y algas que abundan en estas aguas. Durante la temporada invernal, de diciembre a marzo, la reserva se llena de vida con la llegada de miles de aves migratorias provenientes de Canadá y Estados Unidos, como patos, garzas, ibis blancos, espátulas rosadas, pelícanos y cormoranes.
La observación de aves en Celestún puede realizarse mediante paseos en lancha guiados por pescadores locales, quienes conocen los puntos estratégicos para avistar aves sin alterar su comportamiento. Estos recorridos también permiten explorar los túneles naturales formados por manglares y conocer los ojos de agua dulce que emergen en medio del ecosistema salobre.
Además de las especies migratorias, la reserva alberga aves endémicas de la región, como la chara yucateca (Cyanocorax yucatanicus) y el chivirín yucateco (Campylorhynchus yucatanicus), lo que la convierte en un sitio clave para los observadores de aves y amantes de la biodiversidad.
La importancia ecológica de Celestún ha sido reconocida a nivel nacional e internacional, y su conservación es prioritaria para mantener las rutas migratorias de numerosas especies. La visita a este paraíso natural no solo ofrece una experiencia visual impresionante, sino también una oportunidad para reflexionar sobre la necesidad de proteger estos ecosistemas únicos.