El arte del tallado en madera en Yucatán: tradición viva desde la época maya

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El tallado en madera es una de las expresiones artesanales más antiguas y representativas de la cultura yucateca. Esta actividad tiene raíces profundas que se remontan a la época prehispánica, cuando los antiguos mayas desarrollaron una gran habilidad para trabajar la madera con fines prácticos, ceremoniales y artísticos.

En aquel tiempo, la madera era utilizada por los mayas para fabricar instrumentos de trabajo, utensilios del hogar, muebles rústicos, objetos rituales y hasta instrumentos musicales. Este saber artesanal, transmitido de generación en generación, se enriqueció con la llegada de los españoles, quienes reconocieron el talento de los pueblos originarios y aprovecharon su conocimiento para nuevos fines religiosos y estéticos.

Fueron los frailes quienes, durante la época colonial, enseñaron a los indígenas técnicas más avanzadas y nuevos estilos europeos de diseño. De esa colaboración surgieron retablos, imágenes religiosas talladas y muebles de iglesia que combinaban las formas tradicionales mayas con los estilos renacentistas y barrocos traídos de Europa.

En la actualidad, la tradición del tallado en madera en Yucatán se mantiene viva gracias a la labor de decenas de artesanos que trabajan en distintas regiones del estado. Esta práctica ya no se limita a lo ritual o utilitario, sino que también tiene un fuerte componente comercial y decorativo.

Se pueden identificar tres grandes regiones donde esta artesanía continúa con fuerza:

  1. La zona sur, donde destaca la villa de Muna y las localidades cercanas a la Ruta Puuc, como Santa Elena o Oxkutzcab. Esta región es rica en cultura y en historia, lo que se refleja en las obras talladas.
  2. El poniente, representado por Dzityá, comisaría de la ciudad de Mérida, famosa por sus ferias artesanales donde la madera es protagonista junto con la piedra.
  3. El oriente, que abarca poblaciones como Pisté, Popolá, Cuncunul, Tixhualahtún y Chemáx, cercanas a sitios arqueológicos y rutas turísticas como Chichén Itzá.

Los artesanos de estas regiones producen figuras decorativas de animales locales, como aves, jaguares y venados, pero también tallan figuras más exóticas como elefantes o tucanes, inspirados en las preferencias del mercado nacional e internacional.

Las maderas utilizadas son de gran calidad y belleza. La principal materia prima es el cedro, tanto rojo como blanco, apreciado por su resistencia y facilidad para el tallado. También se utilizan raíces jóvenes de pich o guanacastle, así como guayacán y chaká, especies típicas de la región y valoradas por su dureza y coloración natural.

Este arte es profundamente manual y exige destreza, paciencia y una gran sensibilidad estética. Cada pieza es única y refleja el talento del artesano que la crea, quien transforma un simple tronco en una obra detallada, pulida y llena de expresión.

En un mundo de producción industrial, el tallado en madera de Yucatán representa una resistencia creativa y cultural. A través de este oficio, los artesanos mantienen viva una herencia milenaria y siguen construyendo identidad desde sus manos.

Además de generar ingresos para muchas familias, esta tradición contribuye al turismo cultural y al aprecio por los saberes ancestrales. El tallado en madera no es solo una técnica, sino una manifestación del alma maya que sigue latiendo entre las fibras de cada escultura.