Rutas en bicicleta por los pueblos cercanos a Mérida: una experiencia entre paisajes, historia y tradición

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Mérida, capital de Yucatán, es mucho más que una ciudad colonial vibrante. Rodeada de pueblos llenos de historia, zonas arqueológicas y naturaleza, ofrece una alternativa cada vez más popular entre viajeros y locales: recorrerla en bicicleta. Las rutas ciclistas por los alrededores de Mérida no solo son una forma ecológica de moverse, sino también una experiencia rica en cultura, gastronomía y conexión con el entorno. Aquí te presentamos algunas de las mejores rutas para descubrir en dos ruedas.

Una de las rutas más accesibles y recomendadas es la que lleva de Mérida a Dzibilchaltún. Esta antigua ciudad maya se encuentra a solo 17 kilómetros al norte. Se puede salir desde la zona de Altabrisa y tomar la carretera Mérida-Progreso. El camino, aunque con tráfico vehicular, tiene acotamientos amplios. Una vez en Dzibilchaltún, se puede visitar el Templo de las Siete Muñecas y nadar en su hermoso cenote Xlacah. Es ideal para una excursión de medio día.

Otra ruta perfecta para los amantes de la historia es la que va de Mérida a Uayalceh, pasando por Umán. Esta travesía combina tramos urbanos con caminos rurales y ofrece paisajes de haciendas abandonadas y plantaciones de henequén. La Hacienda Uayalceh, aunque no está en funcionamiento, conserva un aire misterioso y encantador. El trayecto completo puede superar los 40 km ida y vuelta, pero vale cada pedaleo.

Para quienes buscan combinar bicicleta con cenotes, la ruta a Cuzamá es un clásico. Desde Mérida hasta Cuzamá hay alrededor de 50 km, por lo que se recomienda salir temprano o dividir el viaje en dos días. Ya en el pueblo, los ciclistas pueden dejar las bicicletas y continuar el recorrido en los tradicionales “trucks”, carritos jalados por mulas que llevan a tres cenotes famosos: Chelentún, Chacsinicché y Bolonchojol. Una experiencia mágica que combina cultura, aventura y naturaleza.

Otra joya cercana es Acanceh, pueblo de raíces prehispánicas con una pirámide maya en pleno centro. La ruta es de aproximadamente 30 km de ida desde el oriente de Mérida. Se puede llegar pasando por Kanasín y Teya. El recorrido ofrece vistas de la vida cotidiana rural y permite conocer otros poblados pequeños como Lepán o Petectunich. Además, en Acanceh es posible probar platillos típicos como los salbutes o el frijol con puerco.

Un destino diferente es el pueblo de Motul, cuna de los famosos huevos motuleños. Aunque se encuentra a unos 45 km al noreste de Mérida, la carretera es amplia y bien señalizada. Muchos ciclistas hacen este recorrido los fines de semana, deteniéndose en el mercado municipal de Motul para desayunar. También se puede visitar la ex hacienda y la iglesia principal, que reflejan el esplendor del pasado henequenero.

Para los que prefieren rutas cortas pero llenas de encanto, la vía a Conkal es una buena elección. Conkal está a solo 16 km de Mérida y ofrece calles tranquilas, una bonita iglesia colonial y un ambiente sereno. Ideal para principiantes o para una salida rápida en la mañana. Desde Conkal se puede extender la ruta hacia Chicxulub Pueblo o Ixil si se desea una aventura un poco más larga.

Todas estas rutas tienen algo en común: permiten ver Yucatán desde otra perspectiva. Al recorrer los pueblos en bicicleta, se accede a lugares donde el tiempo parece moverse más lento, donde las personas aún saludan al pasar y donde la naturaleza acompaña con sombras de ceibas y palmas. Además, es posible hacer paradas para conocer iglesias coloniales, visitar panaderías artesanales o simplemente descansar en una hamaca bajo un árbol.

Es importante planear con anticipación: revisar el clima, llevar suficiente agua, protector solar y herramientas básicas para la bicicleta. Usar casco y ropa cómoda es esencial. Muchas rutas pasan por zonas con poca sombra, por lo que es recomendable salir temprano y evitar las horas más calurosas del día. Si no se cuenta con bicicleta propia, en Mérida existen varios puntos de renta con opciones para todos los niveles.

En conclusión, las rutas en bicicleta por los pueblos cercanos a Mérida son una forma diferente y enriquecedora de explorar Yucatán. Combinan ejercicio, cultura, paisajes naturales y un acercamiento auténtico a la vida local. Ya sea que recorras 10 o 50 kilómetros, cada pedal te acerca a una versión más íntima del estado. Porque Yucatán, más allá de sus playas y zonas arqueológicas, también se descubre a paso lento, al ritmo del ciclista que se deja guiar por el viento y el canto de los pájaros.