La ciudad de Mérida, capital del estado de Yucatán, es un punto clave en la conservación y proyección del legado cultural maya. Aunque fue fundada en 1542 por los conquistadores españoles sobre las ruinas de la antigua ciudad maya de Ichkaansihó (también conocida como T’Hó), Mérida sigue siendo un símbolo del mestizaje entre las tradiciones indígenas y el legado colonial.
Uno de los aspectos más evidentes del legado maya en Mérida es el idioma. A pesar del paso de los siglos, el maya yucateco continúa hablándose en muchas comunidades urbanas y rurales, y es común escuchar expresiones mayas en el habla cotidiana de la población. Instituciones educativas, culturales y de gobierno han promovido su preservación, e incluso se imparten clases y talleres para que las nuevas generaciones aprendan a hablarlo.
La cosmovisión maya también sigue presente en prácticas religiosas y espirituales, muchas veces mezcladas con el catolicismo. Ritualidades como las ofrendas a los “aluxes” (espíritus protectores del monte), la ceremonia del “cha’ cháak” para pedir lluvia, o las curaciones tradicionales, son aún realizadas por algunos pobladores, especialmente en zonas cercanas a Mérida.
La gastronomía es otro ámbito donde el legado maya es palpable. Platillos como el poc chuc, los papadzules, el relleno negro y los tamales colados, tienen raíces profundas en la cocina prehispánica. Ingredientes como el maíz, el achiote, el chile y el frijol son esenciales en la identidad culinaria de la región.
En el aspecto arquitectónico y urbanístico, Mérida conserva vestigios de estructuras prehispánicas, aunque muchas fueron destruidas para construir edificios coloniales. No obstante, a pocos kilómetros de la ciudad existen importantes zonas arqueológicas como Dzibilchaltún, conocida por su Templo de las Siete Muñecas, alineado con el equinoccio solar.
Museos como el Gran Museo del Mundo Maya de Mérida contribuyen activamente a la difusión del conocimiento sobre la civilización maya. Este recinto ofrece exposiciones permanentes y temporales que muestran la riqueza histórica, científica y artística de los antiguos mayas, así como su influencia en la vida contemporánea.
El arte textil y la artesanía también son herencia directa de la cultura maya. El uso del telar de cintura, los bordados florales, los hipiles y guayaberas son ejemplos vivos de una tradición que ha sabido adaptarse al presente sin perder su identidad ancestral.
Eventos culturales como el “Festival Internacional de la Cultura Maya” o las representaciones de rituales tradicionales en espacios públicos reafirman el papel de Mérida como guardiana y difusora del legado maya. La ciudad no solo honra su pasado, sino que lo incorpora como parte activa de su vida moderna.
Así, Mérida se presenta como una ciudad donde el legado maya no es solo un recuerdo histórico, sino una presencia viva que influye en su lengua, costumbres, arte, gastronomía, espiritualidad y visión del mundo. Un patrimonio invaluable que sigue latiendo en el corazón de Yucatán.