Yucatán, además de su riqueza arqueológica y cultural, posee una gastronomía única donde los tamales ocupan un lugar muy especial. A diferencia de otras regiones de México, los tamales yucatecos tienen características particulares tanto en sabor como en forma de preparación, resultado de la fusión entre la cocina maya y las influencias coloniales.
En Yucatán, los tamales se elaboran con masa de maíz mezclada con manteca, rellenos de diversos guisos y envueltos en hojas de plátano en lugar de hojas de maíz, lo que les da un sabor y textura muy distintivos. Estos son algunos de los tipos más conocidos y representativos:
1. Tamal colado
Uno de los más tradicionales. Su masa es colada (pasada por un colador) para obtener una textura muy suave y lisa. Se rellena principalmente con pollo o cerdo en salsa roja y se envuelve en hojas de plátano antes de ser cocido al vapor.
2. Tamal torteado
Tiene una masa menos fina que el colado, y se forma a mano, dándole una textura más rústica. Se rellena con carnes y recaudos (mezclas de especias y chiles), y también se cuece en hojas de plátano.
3. Tamal vaporcito
Pequeño y alargado, ideal como antojito. Lleva masa sencilla con un poco de manteca y se rellena con carne de pollo o cerdo en salsa. A veces se acompaña con salsa de tomate y chile habanero.
4. Mucbilpollo o pib
Es el tamal más emblemático de Yucatán. Se prepara especialmente para el Día de Muertos (Hanal Pixán). Se hace con masa colada y carne de pollo o cerdo en recado rojo, se hornea bajo tierra (en un “pib”) y se sirve en grandes porciones. Su textura es firme y su sabor es ahumado.
5. Brazo de reina
Un tamal vegetariano muy particular, hecho con masa mezclada con chaya (una hoja local rica en nutrientes). Lleva relleno de huevo cocido y se sirve con salsa de tomate y pepita molida.
6. Tamal de espelón
Hecho con una mezcla de masa y espelón (frijol tierno de la región), se rellena a veces con carne, pero también puede comerse solo. Su sabor es delicado y muy típico del campo yucateco.
7. Tamales dulces
También existen variantes dulces, menos comunes pero muy queridas. Se preparan con masa mezclada con azúcar, canela y colorante vegetal, y pueden llevar pasas o coco rallado.
Cada tamal en Yucatán cuenta una historia de tradición, familia y fiesta. Se preparan con esmero en ocasiones especiales como bodas, celebraciones religiosas, festividades mayas y, por supuesto, cada Día de Muertos. Su elaboración es vista como un acto colectivo y amoroso que une generaciones en torno al fuego y al sabor.
Visitar Yucatán y no probar sus tamales es perderse una parte esencial de su identidad gastronómica. Son más que un platillo: son cultura envuelta en hoja de plátano.